LI - Quest 6: Camino 19

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(¡Advertencia!: Rol extremadamente largo xD Y SÍ, SOPHY NO ME DEJA VIVIR AL LÍMITE! (?))

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<sub>¡Al fin habían llegado a tal condenado lugar!

Recorrer el desierto era quizás la más incómoda de las tareas que al rey se le pudieron ocurrir, y eso que para el caso de la joven y el escudo, era la segunda misión que se les otorgaba, pero el objeto no paraba de quejarse en todo el camino. Fue el primero en respirar de alivio al llegar al edificio y cada vez que tocía de su boca salían cristales dorados producto de ser utilizado como cobertor debido a lo que molesto que resultaba ser.

Por fuera, la construcción no se veía muy cuidada. Seguramente un factor como el viento lo hubiese degradado muy lentamente junto al paso de los años. Su interior también dejaba mucho que desear. El aspecto viejo de las paredes daba la impresión que quizás se derrumbarían con bastante facilidad, a lo mejor un golpe de un arma pesada como un mazo lo suficiente grande podría causar ese efecto.

Sin embargo, más allá de lo que se pudiera apreciar del Gran Hall que les daba una no muy cálida bienvenida en cuanto a adornos y paredes seguras, en la gran habitación no había solo polvo y grietas, también existían una gran cantidad de puertas. Donde quiera que uno posara la vista, miles de caminos y direcciones abrían una amplia gama de posibilidades de ruta.


Llegar allí era un alivio, sobre todo porque finalmente el escudo había callado sus quejas, ¿como la hidalgo le hacía para soportarlo? Gran misterio...

Aquella gran sala era imponente, parecía ser un gran palacio que con los años había perdido todo su esplendor y se convirtió en parte de las reliquias que la madre naturaleza aún no destruía, pero no faltaba demasiado para aquello. Pero el detalle del lugar eran las rutas que había, como un nido de ladrones, no le sorprendía, debía haber caminos que fueran señuelos, y otros reales, además de rutas de escape para los moradores.

- ¿Por dónde vamos? - tenía la sensación que él iba a decidir de todas maneras puesto que la chica no parecía poseer el espíritu de liderazgo... al menos con él no.


Apenas llegaron a tal lugar, los ojos de la muda observaban cada esquina, era la primera vez que había viajada por el desierto, y si bien la sensación no fue agradable del todo, la vista era hermosa. Solo la voz del lindo gatito la distrajo de sus pensamientos con respecto a la escena y parpadeó varias veces procesando su respuesta.

En verdad... había demasiados lugares que tomar, y si bien podían elegir uno al azar, temía escoger alguno que no fuera del todo agradable para recorrer. Las expectativas eran variadas, y ningún camino le inspiraba confianza...

-Vayamos por ahí-Indicó con la mirada el escudo que, aunque no le habían preguntado a él, se metió en la conversación como siempre lo hacía. Pero, del pasillo que había indicado el pedazo de metal emanaba una gran oscuridad, por fuera se asemejaba a la boca de un lobo.-El camino más sospechoso es siempre el correcto- Dijo con seguridad.

Katya miró a Nataraj, a ella le daba igual, pero la opinión del híbrido sería la final.


- No creo que sea el correcto... debe ser una mazmorra o algo así.

El y la oscuridad se llevaban bien, pero algo le decía que cualquier cosa que proviniera de aquel lugar no podía ser nada bueno. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un sonido... mínimo, que parecía aumentar, ¿una voz? asustada, muy asustada y venia de aquel lugar, había que investigar y le hizo una seña a la muda para que lo siguiera.


El comentario de Nataraj antes de que hiciera la seña no se borró de la mente de la chica. Si el híbrido pensaba eso, podría ser peligroso...

Pero debía de admitirlo, si podían ayudar era mejor hacerlo, y aunque los gritos que parecían provenir del pasillo aumentaban y se hacían cada vez más tenebrosos, eran pedidos de auxilio de igual modo y eso si que no podía ignorarlo. Debían hacer algo por aquel que estaba en problemas, eso era un hecho para ella y si deseaba convertirse en caballero debía enfrentar cada problema y obstáculo por más miedo que tenga, después de todo no es valiente el que no siente temor si no el que lo enfrenta. Y así, avanzó detrás de Nataraj para ir hacía esa dirección.

-...Creo que he cambiado de idea.-Decía con una mueca el escudo, si había gritos significaba que había problemas.- ¿Estás seguro, pulgoso?-y miró al híbrido mientras se adentraban en la oscuridad.


- ¿Qué tal si es uno de los mercenarios? o quizás algún morador de aquí que podamos extorsionar para que nos diga el camino correcto...

Siguió avanzando por aquel pasillo, los gritos ahora más que evidentes aumentaban, parecían los gritos de un torturado que solo clamaba a la muerte que se apresurara en su juicio.
Hasta que llegaron al final de pasillo y vieron la fuente de los gritos. Efectivamente era un ladrón desesperado...pero la causa era algo inimaginable


La chica asintió a las palabras de Nataraj, estaba de acuerdo con lo que decía aunque su escudo no tanto. Lo miraba con desconfianza y los sonidos que cada vez se hacían más intensos no le ayudaban para nada en relajarse de la situación. Todo lo contrario.

-¿Estás loco? Si es uno de tus amigos, los mercenarios, que se las arregle solo, preferiría que se encarguen de él antes que de nosotros, y si es un asesino.... que esté gritando de esa manera no me dice que él pueda hacer demasiado por nosotros, creo que ahora está bastante ocupado- El escudo enarcó una ceja, pero su expresión perdió toda calma cuando cada se detuvieron y llegaron hasta quien profería los gritos.... Hubiese preferido que tomaran otro camino.

El pobre ser humano que había llegado seguramente por error a esa parte del edificio no se esperaba eso. Se encontraba en el suelo, aparentemente sin poder caminar, y el motivo estaba claro.

Dos soles rojos podían divisarse en la oscuridad, pero no tardaron mucho en poder observar algo más entre tantas tinieblas. Un mazo repleto de picos acabó finalmente con los chillidos.

Y no fue lo único que emergió de las sombras. Con la apenas tenue luz que había en el pasillo fue detectable el movimiento de masas en la oscuridad, cuerpos de gran envergadura que ahora se acercaban a donde descansaba tan mortífera y gigantesca arma. Pasos se oían con cada movimiento, y uno de los soles rojos llegó bastante cerca de la bola metálica. Inmediatamente una luz roja sirvió de fuente de luz para poder ver con claridad lo que se avecinaba.

Dos criaturas de piel grisácea y una anatomía bastante extraña se encontraban en el final del pasillo. Buscaban a su víctima, al parecer, para apoderarse de esa pequeña lucecita carmesí que se elevó de los restos que quedaban del pobre asesinado. Junto con esa luz, también existían otras que danzaban alrededor del come-almas, y de su compañero que se encontraba detrás, perdiendo la oportunidad de quedarse con el botín de la cacería. Pero la fortuna les sonría a las dos criaturas, ahora tenían otras almas que cazar...


Aquellos seres podrían llegar a dar escalofríos al más valiente de los mercenarios de Lumina. No podía detenerse a analizarlas demasiado puesto aparecían haberse percatado de la oportuna presencia de ambos y venían hacia ellos, había que pensar rápido, Katya era humana, era imposible que tuviera la rapidez de un hibrido, la atraparían en un abrir y cerrar de ojos, pero había escuchado de sus ataques que no causaban daño despreciable. Las criaturas no parecían dudar en ir hasta ellos y lanzó dos rocas hacia las criaturas, empujando a Katya fuera de su trayectoria, gritando y corriendo llamando la atención de ambos monstruos.

- ¡Hey, cosas deformes! ¿Nadie les dijo que comer cosas podridas era malo? ¡Vengan si quieren calidad, idiotas!


La muda apenas si pudo moverse para no caer al suelo luego del empujón. Había algo en aquellos seres... que le helaban la sangre. ¿Eso que habían hecho.... era arrebatarle el alma? Sintió que su corazón se detuvo unos segundos mientras trataba de despertar de la sorpresa.

Sus ojos se habían dilatado en ese breve momento antes de que Nataraj la apartara para llamar la atención de los monstruos y correr para que estos vayan tras él. Cuando recuperó el aire, ya las criaturas avanzaban en dirección al híbrido arrastrando sus mazas para intentar atacarlo, pero él era rápido, no sería tan fácil para ellas quedarse con su preciada fuente de vida.

Los ojos de la chica miraron por un momento el lugar donde se suponía que se encontraba el humano con el que por casualidad se toparon. En el suelo no había más que sangre por donde se pudiera apreciar y restos de lo que anteriormente era un cuerpo. Con velocidad volvió a ver hacía sus enemigos... no podía dejar que Nataraj se encargara de ellos solo, así que dejó a Crimson en el suelo mientras estaba paralizado por el miedo, y se dispuso a concentrarse. Dio unos pasos con el mayor silencio que pudo detrás de las criaturas, afortunadamente los mudos tenían la característica de poder apreciar el silencio, y mientras trataba de despertar a Paladdin, la sangre comenzó a bombear más rápido hacia sus extremidades, pero de pronto, solo dejó caer los brazos y la cabeza. Parecía haberse dormido en el lugar, y estaba completamente inmóvil.


Aquellos enemigos eran realmente lentos gracias a los mazos atados a sus extremidades superiores, le seguían incansablemente mientras esquivaba sus pesados ataques una y otra vez. Pero eso no podía seguir eternamente, no podía concentrarse así para atacarles, y el cansancio del correr llegaba a el rápidamente, y en el momento en que empezó a bajar su velocidad ligeramente fue cuando aquellos seres le atacaron.

No eran tontos, se dedicaron a observar los movimientos del mercenario hasta que le vieron flaquear y deduciendo hacia donde iba, uno lanzo su gran maza hacia él, hubiera muerto instantáneamente si el impacto hubiera sido directo, pero la onda expansiva del golpe lo lanzó fuertemente contra una pared, trato de levantarse lo más rápido que pudo, pero el cansancio se lo había impedido y uno de los monstruos lo levantó en el aire con sus escasos dedos.

Ambos se acercaban al acorralado mercenario, este peleaba como podía para escapar, pero el agarre ya era definitivo y sus fuerzas le abandonaban lentamente.

Aquella sensación, al principio se sintió desconectado del mundo, su imagen se nublaba, no divisaba a la chica, ¿dónde estaba?, aquellos horribles monstruos estaban atentos a él... y luego vino eso. Un intenso dolor que se generalizaba en todo su cuerpo, lo único que podía hacer era gritar lo más fuerte que pudo, era una tortura, no había sentido nada igual antes, debía salir de ese agarre, era inútil. Para el espectador, era como si algo se empezara a desprender de él, algo muy apegado con su silueta, pero su pelea lo hacía más difícil.


El sonido del metal siendo arrastrado a cada paso de las criaturas era quizás lo único que se escuchaba hasta ese momento. Su cuerpo se acostumbraba a una ausencia prematura que llega cuando el destino te alcanza, incluso aunque no fuera ella la perseguida. Solo bastaron unos segundos para que una violenta sacudida hiciera que sus músculos se tensaran de nuevo, y fue cuando los gritos del híbrido captaron su atención por completo.

Sus ojos ya no poseían aquel tono tan calmo y sereno que acostumbraban, no. Un azul muy claro e intenso se apoderó de las pupilas de estos, y brillaban intensamente marcando los pómulos de la chica con una tenue luz en ellos. Trató de acostumbrarse a la nueva fuente de iluminación girando la cabeza para darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor, y pudo notar que las dos criaturas habían acorralado a su compañero herido y agotado. No le costó demasiado tiempo notar que planeaban hacerle lo mismo que le habían hecho a su antigua presa...

No. No podía permitir eso. No sucedería de nuevo. Nadie más se sacrificaría por ella por ser débil y estúpida.
Y rápidamente sus pies se movieron de lugar, pero un sonido más inundó el pasillo, y no, no eran las suaves pisadas de una jovencita delgada de 16 años...

... Era la fuente de luz que ahora iluminaba todo el pasillo.
Un caballero fuertemente armado iba detrás de la chica, que parecía estar imitando todos sus movimientos. Corrían ambos hacia ambos criaturas con pesadez, debido a que el gran guerrero se veía de mucho peso, de todas formas quizás fue la adrenalina quien hizo que apenas estuvieran a unos metros, ya una gigante espada emergiera de la mano derecha del paladín. Era larga, afilada, y brillaba mucho más que todo el cuerpo del fantasma. Y no dudó ni un segundo en usarla.

Debía detenerlos y tenía que ser pronto, por eso desde su posición no tardó en pensar en el punto que atacaría: las delgadas y débiles "piernas" de los monstruos. La hoja del arma las partió como simples palos de madera, incluso era notable como había cortado el aire debido a la fuerza con la que era manipulada la espada, y ambos monstruos perdieron estabilidad, ya no podían mantener en el lugar al híbrido.

Era ahora el suelo al único lugar donde llegarían esos come-almas, y Paladdin no estaba dispuesto a esperar que los grandes cuerpos cayeran al suelo sin recibir otro pesado y preciso ataque en el costado de una de ellas, con toda la intención de romperle la costillas -si es que la criatura tuviera- y dejarla finalmente derrotada para al fin preocuparse por aquella que quedara, atento a sus mazos si es que planeaba manipularlos mientras movía su espada de tal manera que quedara sobre su cabeza para darle el golpe de gracia.


Todo su dolor desapareció de la nada y en vez de eso sintió el choque con el suelo. Estaba un tanto aturdido aún por lo sucedido, pero vio una gran luz, un gran caballero podría decirse, que partió las piernas de esos monstruos en un segundo y los dejo en el piso... trató de enfocarse, no podía perder la conciencia en un momento así, veía la silueta pequeña dentro de ese caballero... ¿Katya?... no era momento para pensar, el monstruo aún vivo, podía darle a ella y acabar con la invocación, ella era su propio punto débil. Con la fuerza que le quedaba, lanzó una carta que reflejaba el brillo del caballero, captando la atención del monstruo y dando justo en el centro, causándole un dolor momentáneo a este, lo que permitió su distracción del ataque de la hidalgo y su invocación.


Y, aprovechando esa leve distracción gracias al híbrido, la punta de la espada atravesó pesadamente el cuerpo de la criatura. Tal fue la fuerza del ataque que sintió como el arma chocaba contra el suelo, pero no perdió tiempo. Aunque el golpe haya sido en el pecho, nada le aseguraba que esos monstruos tuvieran la misma anatomía que cualquier ser, así que apuñaló de la misma forma el resto del cuerpo hasta que la luz del sol en su cabeza se extinguiera.

Cansado, el caballero utilizó la espada de apoyo por unos segundos mientras le permitía a la portadora recuperar el aire. No tardó demasiado en fijar su mirada en Nataraj y pronto el ente desapareció, dejando apenas unos puntitos y suaves líneas de luz que se las llevaba el viento para finalmente morir en él. De la misma forma sucedía con los ojos de la muda que ahora se dirigía al "lindo gatito" para arrodillarse frente a él y rodearle con los brazos... Era quizás una combinación de alegría y preocupación por él, y junto a esas emociones, un agradecimiento por haberse arriesgado por su culpa.


La gran figura desapareció simplemente en el viento, como todo lo imponente, destinado a desaparecer. Trató de levantarse y sentarse en el suelo, recuperar el aire y memorizar todo lo ocurrido. Respiró profundamente y vio a la chica acercarse y abrazarle... le dolía un poco el costado, pero no era ningún dolor que no sanara antes. Levantó su brazo y enredó sus dedos en el pelo de la nuca de la muda. Ya con su aliento recuperado.

- No te preocupes, estoy bien... solo no debo agitarme mucho si no sangraré. Gracias por ayudarme linda. - y rió ligeramente con una pequeña sonrisa tratando de tranquilizar a la chica-

Oírle decir que estaba bien definitivamente fue tranquilizador, pero su preocupación no iba a mitigarse con tanta facilidad. Sin embargo el halago y el sentir su mano en su cabeza la hizo tornarse algo roja y lo miró sonreír. El alivio aumentó algo más, pero estaba dispuesta a ayudarle a levantarse si eso necesitaba.

Se hubiera distraído un poco más con el híbrido si una voz tan particular y maldita no llegara desde el otro extremo del pasillo ahora a oscuras.

-¡Katyaaaaaa! ¡Nataraaaaaaaaj! -gritaba con una voz bastante potente para ser algo tan minúsculo como un escudo, desde su lugar también se agitaba un poco- ¡No me dejen aquí!-

Y esa fue la señal para que la chica se separara un poco de su compañero, parpadeando en dirección al metal rojo aunque sin demasiadas ganas de ir a por él.

Oh la voz, esa voz... en el silencio detrás de una batalla, que siempre era sagrado...esa voz resonaba extraña, pero como siempre molesta. Miró a la chica y se levantó de a poco y apoyándose contra la pared...al parecer no se había roto nada... quizás una costilla, pero son cosas que mientras más pasaban más fuerte lo hacían. Se sorprendió que no se hubiera roto un brazo. Respiró profundamente de nuevo.

- Ve a buscar al escudo, si no los ladrones se lo van a llevar. Aunque ni lo usaste en la batalla...

Siguió a la muda en busca del parlanchín... la batalla... ¿qué era ese caballero? ¿Será como los animales de Noah? pero este se veía mucho más solido...


-Agh, ¿por qué tardan tanto?-Se quejaba el escudo del cual solo se le veían los dos ojos carmesís resplandeciendo en la oscuridad. Gracias al reflejo de la luz sobre su rostro podía notarse que tenía una mueca debido a la impaciencia que lo caracterizaba.

Katya por su parte caminaba hacia él sin demasiada velocidad, estaba pendiente de la salud del híbrido. Le preocupaba su estado, cuando llegaran al castillo se aseguraría que fuera al médico o quien sea que lo atendiera.

-Oye... No te ves bien -decía el metal rojo mientras la hidalgo lo levantaba del suelo - Bueno, al menos los mataron, ¿no?- no iba a admitirlo pero esos bichos eran realmente feos.

- Nah, algo menor comparado con lo que esas cosas podían hacer. Sí, Katya los mató y yo fui señuelo. Volvamos... no quiero ni ver lo de los otros pasillos y pronto empezaran a salir los demás de los otros pasillos, asumo que debe haber uno o dos que lleven al fragmento del disco. Ahora, necesito silencio... -su cuerpo entero seguía conmocionado por la batalla, no quería escuchar ni una palabra del escudo por ahora-

-¿Silencio?-Fue lo único que atinó a decir el acero rojo antes de que Katya le tapara la boca para que no molestara más al pobre híbrido. Ella simplemente asintió y se acercó a Nataraj aún pendiente a su estado. Se colocó a su lado, queriendo hacerle entender que podía buscar apoyo en ella.
No importaba que tan grande fuera el chico de orejitas y pelo negro, aguantaría solo para serle de ayuda.

Le miró y simplemente le sonrió y le desordenó el pelo, no dejaría que ella ni nadie le ayudaran. Esa época ya había pasado hace mucho, él era mucho más pesado, y al parecer sin su invocación volvía a ser la niña de apariencia débil que conocía. Se arregló un poco su sombrero mientras salían de aquel oscuro pasillo sin mirar atrás... en realidad esos monstruos eran muy duros, debían haber previsto la infiltración de los mercenarios.

La chica dejó que la despeinara sin hacer ninguna acción para impedirlo y siguió caminando junto a él pensativa. Miró hacia el frente unos segundos y no quiso distraerle para nada, ya había dicho que quería silencio y por más que ella no pudiera hablar seguramente tampoco deseaba charlar sobre nada.

Cuando pudo ver de nuevo la habitación repleta de puertas, se preguntaba cual era en realidad el camino que llevaba a los fragmentos, aunque ahora fuera muy tarde...</sub>

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¡Cómo sufrimos Sophy y yo con esto! XD Pero bueno LOL espero les haya gustado

El lineart es mío, el coloreado de Sophy *v* -arcoiris-

El último panel se ve distinto porque lo pinté yo ;w; Lo agregué ya que esto tenía segunda parte pero como no llegamos quedaba como... inconcluso (?) Espero que aún así no esté fail OTL

_{Quizás algun día la segunda parte salga a la luz (?)}

Pero en fin, hope you like it

Color, Nataraj (c)
Lineart, Katya&Crimson (c)

¡Y sí! Sophy y yo nos vamos a la shit cuando se trata de rolear =w= Turnos largos everywhere (?)